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Lejano

 

Ya no quedan razones para amar el verano.

Te vas, por mucho tiempo; quién sabe qué nos ocurrirá, quién sabe quién nos amará.

Nunca fui parte de tu esfera. Nunca pude ser artífice de tu experiencia.

A lo lejos, desde mi ventana, veo el sol poniéndose, tiñendo de rosa los árboles

Y mi alma se marchita como las flores

en los floreros de Tarkovsky

y en las poesías de Borges

Nunca fuiste nada, y a la vez una presencia etérea

en la soledad de mis tardes

Verte en cualquier lado alimentaba mi anhelo

como un adolescente pegando flores secas en un cuaderno

yo pegué mis esperanzas por años

Ya no existe la espera, si no fue aquí no será.

Sólo me queda el consuelo de tus palabras ahora vacías

y consejos valiosos.

Tu cuerpo y tu alma están en otra parte, y no son más que algo inalcanzable.

El reloj me adormece con su sonido

de latido lento, de nostalgia de invierno

Pensar en vos es detener el tiempo.

Ahora lo será más, porque estarás lejos, y no te cruzaré

no te hablaré

no te daré el tímido beso del saludo cordial

y sólo serás un recuerdo que me acompañe

mientras escucho la música que nos gusta

mientras espero otras cosas

Woe be my days , now that your voice is no more;

Dark be my nights, now that your light is no more;

I pray the longing go away, the face I see be gone;

For I wish to touch, and it is air;

For I wish to see, and it is clear

The heart feels only what the soul can give,

The fire burns only what it can reach.

How can such a grief be? How much time is an eternity, if sadness is a river?

Let me drown in my hours, let me mourn

For a shadow in my steps is always a different one

My joy long ago forlorn.


in memoriam

El cielo es una sábana azul, como un manto virginal de lapislázuli, los pájaros surcan en complejas acrobacias, en una coreografía hipnotizante a pesar de cotidiana.

Pero él ya no lo ve

El río hace remolinos en las pequeñas islas, los coipos nadan con apenas la nariz fuera del agua, las garzas quietas en las ramas, el olor del aguaribay

Pero él ya no lo siente

La noche es una mano fría que me toca la mejilla, el grillo que insiste es un canto a la tristeza.

La luna es una sábana y él es un susurro

Las estrellas son lágrimas y él ya sólo es recuerdo