ADVERTENCIA: ud está por leer un blog sin filtros.

summertime blues

y un día me di cuenta de que había desaparecido.
mi mundo ya no era, mis ilusiones ya no eran, nada quedaba de la muchacha que lloraba con woodstock y que enarbolaba el estandarte de paz y amor fumando mentolados y tomando coca y bailando por la calle.
tiré mis converse viejas y compañeras de años; ya no las podía usar, tenían agujeros por todos lados, como mi alma.
saqué cajas con recuerdos de años, cajas con cigarrillos regalados, tiré todo, todo.
ni la primer botella de jack daniels quedó.
las fotos en blanco y negro, la lluvia intensa, escuchar la noventa a oscuras (mis programas de música vieja ya no existen), todo se fue.
me impresiona, toda mi adolescencia ya no existe, el mundo como lo concebí ya no existe, ni siquiera existe en mi vida la gente que me rodeaba.
los uniformes de los colegios los tiré también, como los zapatos asquerosos con cordones que parecían fideos secos. 
los vestidos que me acompañaron durante esos interminables y ebrias fiestas de 15 me quedan grandes o están muy gastados.
ni hablar de los zapatos, los cuales hace años no me pongo.
no existen los marlboro fresh que supe fumar en bici con mi mp3, escuchando grunge
ya no importan la guinness. y el canal isat se convirtió en refugio de hipsters
ya no existe la base bar, ni el bajo caracoles, ya no existe lúcuma, ya no existe cumbiancha cna.
ya no existe mi vida a lo skins -único deseo que formulé a los trece y se cumplió-
no existe mi perfume favorito, no existe ni siquiera mi dulce favorito. todo se esfumó, de a poco, siento que no tengo nada a lo que aferrarme y que vivo en automático, y sólo cuando toco el piano, fumo y bebo vuelvo a ser yo, a los catorce, acostada en el piso rodeada de velas y escuchando los doors, hablándole a jim en la oscuridad.
yo tomando café y dibujando las letras de zeppelin. yo manejando con los redo al palo. yo llorando con floyd y radiohead porque jamás vas a volver. yo con blur, yo con gorillaz, dibujando sin parar, tocando la guitarra, soñando con paisajes escandinavos y muchachos de pelo largo.
fui tan feliz! recuerdo cada cosa que me ha sucedido, cada trago que he tomado y cada persona con la que he conversado. yo no me olvido de nada, y eso es en cierta forma una maldición; no olvido ni penas ni alegrías, mis recuerdos son lo más preciado que tengo y que a la vez no, porque todo se ha ido. sólo existe en mi cabeza, donde aún vuelvo a casa al amanecer con historias para contar y donde aún tengo que ir al secundario a reírme de charlas obscenas durante química. donde aún no tengo miedo.