Un susurro un respiro te abrace y me fundo en tu tibieza en el refugio de tu pecho me aturdi de placeres inefables y ahora el crepúsculo me da un palpitar de ansia por tu voz y tu boca yo acepto la muerte del día incluso el acontecer de un vacío
Andrei Rublev
yo sentí el dolor
como alfileres en los ojos
como fuego en la piel
como mis pies doloridos
sentí la soledad
y temí
entre las ruinas de mi propia creación.
el agua corriendo ante mis ojos
todo corría y en la noche flotaba
y vi desde mí barca
tu mirada aterrada y doliente
y sentí vergüenza y sentí orgullo
como insectos carcomiendo mí alma
y en el silencio y el frío
tomé tu mano
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