El limbo de invocarte o no.
El placer de verte parado en el zaguán.
El dolor de la nada que nos une.
II
La profundidad de tu voz.
El placer irreverente de tus piernas entre las mías
el instante perplejo frente a tu piel
III
¿dónde te vas?
Quedate un rato más
y te abrazo vaga pero rotundamente.
IV
Te veo? ...una semana, y media quizás?
El sol ya despunta en los techos.
Debemos llevar nuestra carga ebria a descansar.
yo sin vos y vos sin yo